Documentos de SEPCA

Declaración de Antequera

La Declaración de Antequera es el documento fundacional de la sociedad SEPCA. Fue confeccionado tras varias reuniones celebradas en la ciudad de Antequera, a las que asistieron representantes de la mayor parte de áreas de gestión de salud mental del SAS. En el documento se procuró recoger las inquietudes y necesidades detectadas por los profesionales de la psicología clínica que desarrollan su labor en el ámbito del SAS, así como expresar su intención de constituirse en sociedad cientifica como forma de contribuir a la mejora de estos problemas.

La declaración fue firmada y avalada por casi 300 psicólogos clínicos que desarrollan su labor en el SAS , lo que significa un apoyo de más del 90% de los mismos a la declaración y sus reivindicaciones.

Reproducimos la declaración de Antequera a continuación:

La Declaración de Antequera es el documento fundacional de la sociedad SEPCA. Fue confeccionado tras varias reuniones celebradas en la ciudad de Antequera, a las que asistieron representantes de la mayor parte de áreas de gestión de salud mental del SAS. En el documento se procuró recoger las inquietudes y necesidades detectadas por los profesionales de la psicología clínica que desarrollan su labor en el ámbito del SAS, así como expresar su intención de constituirse en sociedad cientifica como forma de contribuir a la mejora de estos problemas.

La declaración fue firmada y avalada por casi 300 psicólogos clínicos que desarrollan su labor en el SAS , lo que significa un apoyo de más del 90% de los mismos a la declaración y sus reivindicaciones.

Reproducimos la declaración de Antequera a continuación:


PROPUESTAS POR LA CALIDAD DE LA PSICOLOGIA CLÍNICA EN EL SAS (Declaración de Antequera)

Las personas abajo firmantes manifestamos nuestro acuerdo y apoyo al siguiente manifiesto elaborado en el reciente encuentro de Antequera por compañeros/as de Psicología Clínica de diversas Unidades de Gestión Clínica que, interesados en potenciar las aportaciones de la Psicología Clínica a la salud de la población andaluza y preocupados por la falta de accesibilidad a intervenciones psicológicas eficientes

EXPONEN QUE:
Transcurridas dos décadas desde la aprobación de la especialidad de la Psicología Clínica en los servicios públicos, se hace preciso revisar diversos aspectos que permanecen sin desarrollar y que contribuyen a limitar, cuando no a deteriorar, las aportaciones que esta especialidad, por su curriculum formativo, debe realizar a los servicios sanitarios públicos.
Entre estos aspectos debemos destacar los siguientes puntos que contextualizan y condicionan las prestaciones de Facultativos/as Especialistas en Psicología Clínica en los servicios sanitarios públicos de Andalucía:
– Un alto volumen de problemas de salud atendidos en Atención Primaria (AP) son o implican de modo muy importante procesos o patologías de Salud Mental (SM).

– La respuesta mayoritaria a los problemas de salud mental tiende a centrarse en los tratamientos farmacológicos. Y esto a pesar de que:
1) los tratamientos psicológicos son ampliamente recomendados por las guías clínicas más reconocidas a nivel internacional como tratamientos de elección para muy diversos trastornos.
2) son muchas las evidencias sobre las ventajas de los tratamientos psicológicos en muy diversos trastornos mentales, encontrándose menores niveles de recaída y una mayor potenciación de los recursos personales.
3) un alto porcentaje de usuarios/as muestran sus preferencia por los tratamientos psicológicos.

– La tendencia a la respuesta farmacológica viene condicionada por problemas estructurales: mientras que los tratamientos farmacológicos se indican en la unidades de salud (de AP o de SM) y se llevan a cabo fuera de consulta, con presupuesto “externos”, los tratamientos psicoterapéuticos se realizan con los recursos humanos de las unidades de SM, recursos por otra parte muy escasos en comparación con los
estándares europeos.

– El modelo actual de organización de atención psicológica con dotación de psicólogos/as clínicos/as exclusivamente en la red especializada de Salud Mental, viene dando lugar a importantes déficits en los tratamientos psicológicos de personas con trastornos emocionales: originando bien un alto número de derivaciones a salud mental, con la consiguiente saturación de dichos dispositivos, bien respuestas puramente farmacológicas o “no regladas y de bajo nivel”, muy alejadas de los tratamientos efectivos y de calidad recomendados por las guías de práctica clínica para los trastornos emocionales.

– La ratio de Psicólogos/as Clínicos/as en nuestra Comunidad se sitúa muy por debajo de la media europea, siendo con diferencia la categoría profesional de Salud Mental con mayor desfase en cuanto a las ratios europeas. A pesar de lo anterior, en los últimos 10 años es la categoría profesional de Salud
Mental con menor incremento en el número de plazas. Llegando incluso a perder plazas de contratos eventuales durante la llamada “crisis” de estos últimos años. Todo ello contribuye a que la atención a los problemas de Salud Mental, tanto en Atención Primaria como en especializada, muestre serias dificultades. Mientras que se cuenta con una muy buena estructura de los servicios, el importante déficit de profesionales de la Psicología Clínica da lugar a:

     1) Escaso número de usuarios/as a quienes que se les ofertan tratamientos psicológicos reglados, sin que sea posible tomar en consideración las propias preferencias de las personas que solicitan los tratamientos.
2) Bajas “dosis” de tratamiento psicológico hasta el punto de comprometer la efectividad de los tratamientos. Mientras que para algunos trastornos la guías de práctica clínica más prestigiosas indican en torno a 15-20 sesiones de tratamiento psicológico en el periodo de seis meses, es habitual que no puedan ofertarse sino 4-6 sesiones para ese mismo periodo de seis meses.
3) Persistencia de ámbitos en los que las aportaciones de la Psicología Clínica, a pesar del amplio reconocimiento de su efectividad, continúan estando ausentes.

– El número de plazas de Psicólogos/as Internos Residentes (PIR) anuales es claramente deficitario, sin que se observe un incremento significativo en las últimas convocatorias (una única plaza de incremento de PIR para toda Andalucía para el año 2018).

– La ausencia de profesionales de la Psicología Clínica en Atención Primaria limita de modo importante la oferta de tratamientos psicológicos tempranos y de calidad, ajustados en intensidad a las diversas necesidades de los trastornos más frecuentes en Atención Primaria, con el consiguiente aumento de las respuestas exclusivamente farmacológicas, cuyos gastos aumentan año tras año, y con el consiguiente
“desbordamiento” a los servicios especializados de salud mental.

– La carencia de interlocutores institucionales de la Psicología clínica en diversos ámbitos, lo que dificulta el desarrollo de áreas y aportaciones propias de la psicología en diversos ámbitos de la sanidad:

   1) no favorece, en este área competencial, el desarrollo de una estructura funcional y una cartera de servicios propia de la Especialidad que permita definir unos baremos de formación, calidad, homogeneidad, accesibilidad y eficiencia en la atención psicológica a la población andaluza por parte de la Sanidad Pública

   2) en el ámbito concreto de los acuerdos Universidad/SAS origina serias consecuencias, limitando de modo importante el desarrollo de sinergias enriquecedoras para el sistema público de salud y con un alto riesgo de favorecer un desarrollo en paralelo de la Psicología Clínica en los servicios de Salud Mental y en la Universidad: orientado a lo público en el primero y hacia lo privado en el segundo.

POR TODO ELLO SOLICITAMOS:1. Un incremento progresivo del número de plazas de Facultativos/as Especialistas en Psicología Clínica que, con un progresivo acercamiento a las medias europeas, permita ofertar tratamientos psicológicos de calidad a la población de referencia.
2. La cobertura de todas las plazas estructurales, incluidas las correspondientes a las Unidades de Hospitalización de Salud Mental.
3. Promoción de cambios organizativos que posibiliten la implantación de tratamientos psicológicos reglados, individuales, grupales y familiares, garantizando tiempos y frecuencias que permitan ofertar las “dosis” recomendadas por las guías de práctica clínica más reconocidas a nivel internacional.
4.  Facilitación de espacios de supervisión que permitan garantizar y promover la mejora de la calidad de los tratamientos psicológicos ofertados.
5.  Un aumento de plazas PIR, ajustada a las necesidades de los problemas de salud mental de la población.
6. La creación de plazas de Facultativos/as Especialistas de Psicología Clínica en Atención Primaria, con plena incorporación y promoviendo el modelo de Salud Integral de los equipos de Atención Primaria.
7. Apoyo al itinerario formativo de la especialidad: Grado en Psicologia+Master en Psicología General Sanitaria+ Especialidad sanitaria en Psicología Clínica PIR, como proceso secuenciado esencial para garantizar la coherencia y calidad de la formación especializada en psicología clínica.
8. Regularización de las plazas de la especialidad de Psicología Clínica con desempeño en otras especialidades o Unidades de Gestión (Oncología, Neurología, etc…)9. Facilitación de interlocutores institucionales de Psicología Clínica en los ámbitos de especial implicación de la especialidad.
10. Inclusión de interlocutores institucionales de Psicología Clínica en los acuerdos del SAS con la Universidad, promoviendo las sinergias entre ambas instituciones en los ámbitos de la docencia e investigación (colaboración en la formación y en proyectos de investigación, plazas vinculadas y plazas Ascis, practicum, etc) para una mejor asistencia sanitaria pública.En Antequera, a 21 de Octubre de 2017 (apoyada posteriormente por 290 psicólogos clínicos del SAS)


Si quieres, puedes descargarte la declaración de Antequera aquí y ayudarnos a difundirla.